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Mirar con los ojos de un niño VS Estrés adulto

Maite
Julen por encima de todo. Siempre. Mas hay un pero… no por encima de mi salud.
Ahora mismo es la que me preocupa, mi salud física y mental y como consecuencia, la de Julen. Debo dar un giro de unos cuantos grados para volver a sentirme bien conmigo misma en todos los aspectos. Sin conseguir eso difícilmente podré atenderle como se merece. Al final lo único que consigo es que se sienta sólo y vuelva a conductas difíciles, que ya de por sí tiene, pero si encima yo se las provoco con mi actitud, peor.
Estoy cansada de lo propio de un adulto, llevar nuestras vidas, ocuparnos de la economía, del trabajo, de las obligaciones, de la casa, del perro, de la reunión de vecinos, de la compra del super... y todos los días con Julen, involucrándole en muchas de mis cosas.

He reflexionado muchas veces sobre el tema, y siempre llego a la misma conclusión: debo aprender más de él, abrir los ojos y dejar que me enseñe su manera de ver las cosas; no por tener autismo sino por ser simplemente UN NIÑO. Lo malo es que cuando lo consigo y según pasan los días se me va olvidando y vuelvo a adentrarme en el mundo de los adultos...

Los adultos vamos demasiado deprisa, estamos pendientes del reloj, de lo que “debo hacer hoy”, de presiones externas, de obligaciones. Somos esclavos de una serie de normas que cumplimos por costumbre sin darnos cuenta. Nos hemos acostumbrado a hacer todo con prisa, ponernos objetivos y cumplirlos por encima de todo. No puedo pretender que mi hijo siga mi ritmo, el ritmo que yo quiero… pero será cierto que lo quiero o que estoy acostumbrada a hacer las cosas así y ya pienso que por eso deben ser así?

- Quiero aprender que es más divertido perder unos minutos metiendo el dedo en el cola-cao y luego lamerlo con entusiasmo cerrando los ojos de puro placer, que echar la cucharada rápidamente al vaso de leche y que esté listo para tomar.
- Quiero aprender que es más divertido besar cada dedo del pie mientras él sonríe que poner el calcetín rápidamente para calzar después
- Quiero aprender que es más divertido poner la mano bajo el chorro del agua cuando se está llenando la bañera aunque moje todo el suelo mientras grito de felicidad, salpicando en todas direcciones, que dejar que se llene sola y poner cara triste por no poder tocarla.
- Quiero aprender que no por ir más rápido a los sitios vamos a aprovechar mejor el tiempo
- Quiero pararme a oler una flor o mil flores en vez de llegar a la panadería antes de que cierren
- Quiero hacer mil cosas que he dejado de hacer cuando he crecido.

Quiero que Julen disfrute con libertad de todo cuando se puede permitir ahora que es niño sin tener a alguien por detrás diciéndole… venga, que tengo prisa, ahora no, te ensucias, eso no se toca… quiero que lo haga ahora que le interesa hacer esas cosas, porque un día dejará de hacerlas, porque habrá vivido tanto que ya el pararse a disfrutar de la brisa se le habrá olvidado, o pensará más en que podrá ensuciarse que en lo divertido que resulta hacer dibujos con el dedo en un coche lleno de suciedad, o simplemente quedarse a observar cómo se mueven las hojas al pasar al viento. Debo dejar que explore, que tenga oportunidades de caerse para aprender, y dejar de pensar en el reloj o en lo que yo debo hacer ese día. Lo mío puede esperar, pero la infancia tiene su tiempo, y debo aprender a disfrutarla con él.

Y todo lo que "yo quiero" Julen necesita que "yo lo cumpla". Por él y por mí.

Los que tenemos hijos somos unos privilegiados, se nos brinda la oportunidad de volver a ser niños si sabemos aprovecharlo. Volvemos a hacer cosas sin pensar qué pensarán otros adultos de nosotros; “no lo hago porque me guste… (mentira!) sino porque estoy con mi hijo”. Volvemos a montar en tiovivos, en los columpios, volvemos a comer dulces de algodón, a jugar a la cuerda o a la pelota, a subir y bajar escaleras por placer sin que nadie piense que estamos locos, a sentarnos en el suelo y jugar con las hojas de los árboles, a disfrazarnos aun cuando no es carnaval, a seguir el rastro de las hormigas, a ver emocionado como cae un papel por la ranura de la alcantarilla, a pasar minutos y minutos mirando el agua de una fuente…

Los días que estoy con Julen y me digo “no me importa el mundo, hoy a su ritmo” soy feliz.
Con él hago las cosas a una velocidad tremendamente lenta, pero saboreando el momento. Quizá no lleguemos donde nos habríamos propuesto ir, quizá esa noche me quede sin cenar con pan, quizá la casa esté desordenada y llena de juguetes por todos lados, quizá tenga un montón de ropa por planchar, pero seguro que todo eso habrá sido porque he disfrutado haciendo lo que él quería cuando y como él quería. No me importa, no me siento manipulada, sino todo lo contrario: me deja estar, que no es poco, me invita a sus juegos, me pide mi tiempo que realmente es el suyo, y sobre todo, siento que con él todos los días aprendo algo.

Me doy cuenta que cuando llevo un ritmo demasiado frenético durante una época luego pasa factura. Me doy cuenta que no solo me exijo a mi misma, sino lo peor, conmigo arrastro y exijo a Julen que lo siga. Me desespero con su tranquilidad, con su lentitud, con su no querer hacer nada de lo que le propongo porque para él no tiene ningún interés. Al final resulta que los niños son mucho más inteligentes que muchos adultos. Involucrarles y hacerles partícipes de nuestras cosas sí, pero no hasta el punto de olvidarnos que son niños y que ya tendrán tiempo para aprender.

Quiero dejar de analizar cada día lo que hace o deja de hacer, quiero dejar de preguntarme si esto o aquello es propio del autismo, quiero mirarle como simplemente lo que es, un niño. Quiero un descanso, y creo que hasta él mismo lo necesita. Quiero volver al verano, cuando no había horarios ni prisas. Quiero vivir en unas permanentes vacaciones. Cuando estoy relajada, él está relajado. Y cuando él está relajado es cuando más aprende.

Quiero decir basta a estos días de estrés, quiero quitarme el reloj y no pensar en nada más sino en él. Ya habrá tiempo para cumplir obligaciones y compromisos. Necesito a Julen para que me haga despertar y que me muestre a mirar las cosas como un niño; con inocencia, sin prisa, con ilusión por descubrir, sin pensar en qué pasará después ni siquiera mañana. Necesito dejar la mente en blanco y mirar con él una pared vacía por minutos y minutos sin esa extraña sensación de no estar haciendo nada productivo. No quiero hacer nada productivo durante unos minutos… solo quiero estar con él.

Maite

11 comentarios:

PATO

Y SI!! Es muy jodido este tema!! SOMOS TODOS SERES HUMANOS, VOS IMAGINATE... SE CANSAN Y TIENEN PROBLEMAS LAS MAMAS KE NO TIERNEN NINGUN NIÑO ESPECIAL...!! Asi ke a nosotras nos pasa el doble o el triple segun la cantidad de chicos que téngamos.
Espero te recuperes prontito !! te mnado un besote enorme!!!

Lasonrisadearturo

Entra Patxi en una tienda de deportes. El tío entra totalmente desnudo salvo por un hermoso par de zapatillas. La vendedora con mucha vergüenza le pregunta que qué quiere y Patxi le pide la camiseta del Athletic con el número de Julen Guerrero.
Al momento de cobrarle, la Vendedora le dice que son 10.000 pelas y el pibe en bolas le da sólo 5.000. Sorprendida la vendedora le pregunta por qué le da la mitad del dinero y Patxi le contesta: "¡Pues cómo, si en la vidriera hay un cartel que dice "En pelotas y en zapatillas: 50% de descuento!"
Maite, sonrie porfa.....

Tamara

Como te entiendo yo hay dias que creo que voy a caer al suelo en plancha, termino agotada, pero ya no solo fisico sino mi corazon hay dias que esta destrozado amiga, pero hay que tirar para adelante, hay dias buenisimos al igual que hay dias malisimos, pero lo que tu refieres en tu relato es cierto, no debemos olvidar de que son niños y necesitan ser niños, y hay veces que lo atosigamos,terapia,terapia y mas terapia, se deben cansar muchisimooo.
Besitos Tamara.
Mama de los tres mosqueteros

Cucacambados

Maite todas pasamos por esto, no una vez, muchaaaaaaaaas veces, necesitas un pequño respiro, recargar las pilas... Con todo cuando esto pasa ellos nos premian con sus monerías y te das cuenta de que lo único que importa es su felicidad, y disfrutar de su niñez. Deja lo que puedas a un lado y date un respiro, si esto no es posible haz algo especial y divertido con Julen y tu marido.
Ánimo y muchos besos
Cuca

Cucacambados

Muy bueno el chiste Esther te vamos a nombrar la mami animadora. Habla con Esther Maite es una personilla con la que es imposible estar seria. Además puede contarte unos cuantos chistes más, aunque sean malos (jajaja).
Besos a las dos

Lasonrisadearturo

Ja, ja, ja, Cuca, tu no sabes que Maite y yo somos pareja de hecho....

Maite

Lo que decís, un respiro para recargar pilas y luego al ataque de nuevo! Pero el respiro se necesita, no me voy a agobiar por ello.

Cuca... pero si tengo el correo lleno de tonterías que hasta he metido a Esther en Spams jajajaja

Anónimo

Yo quiero que intentes relajarte, respira profundamente y aplicate a todo eso que dices...


"Quiero dejar de analizar cada día lo que hace o deja de hacer, quiero dejar de preguntarme si esto o aquello es propio del autismo, quiero mirarle como simplemente lo que es, un niño. Quiero un descanso, y creo que hasta él mismo lo necesita. Quiero volver al verano, cuando no había horarios ni prisas. Quiero vivir en unas permanentes vacaciones. Cuando estoy relajada, él está relajado. Y cuando él está relajado es cuando más aprende".
Milbesos.Tita.

Maite

Tus deseos son órdenes para mí TITA...

Lasonrisadearturo

!!!Pues ahora me ha dado un ataque de cueeernoooos!!

Maite

JAJAJAJ pero como se puede ser tan gansa...

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