Ana Cortijo es una madre que, como tantas otras, lucha cada día por conseguir que su hijo pueda tener los mismos derechos que el resto de los niños. Esta lucha resulta agotadora, pero madres como Ana, han sido forjadas en el crisol de la esperanza, siendo por tanto incólumes al desánimo, al cansancio, en resumen, a todo.
Ana ha preparado este bonito y emotivo vídeo, en un homenaje a su hijo Unai, y a los hijos de todas las madres que comparten la misma lucha. La lucha por los derechos inalienables de todos los niños. Derechos que a veces, parecen olvidarse. No hay mayor fuerza que el amor de una madre.
Disfrutad del vídeo.
Fuente AutismoDiario
Como dice Anabel "cada frase es una afirmación contra los mitos del autismo, cada palabra es una reivindicación por sus derechos".
Dar visibilidad al autismo |
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Los niños con autismo son muy diferentes unos de otros, aunque compartan algunas alteraciones y comportamientos que, en mayor o menor medida, dificultan su comunicación con los demás y su inclusión en el mundo que les rodea. Pero el esfuerzo de las familias y los recursos terapéuticos y pedagógicos peden ayudar al desarrollo personal de estos pequeños y a su integración social. Es una apuesta diaria en la que se juegan múltiples cartas, y cada avance es fruto de mucho trabajo y supone todo un triunfo que la sociedad debe saber apreciar.
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Teo besando a su madre Maya antes de entrar en clase |
QUIQUE, de Sevilla, también se tranquiliza y se organiza cuando se le explica la secuencia de actividades que va a realizar mediante pictogramas. En su caso, además, “tiene una peculiar habilidad para dibujar; sus dibujos son literales, los hace como si estuviera calcando, y al tener ese talento, muchas veces hace sus propios pictogramas”, cuenta el padre.
SARA, de cinco años, no habla, por lo que su interacción es limitada. Pero cuando tiene ganas de ir al parque, coge la tableta iPad de su padre, la pone en marcha, busca en el apartado de fotos y, cuando encuentra la del tobogán, la enseña a sus padres. Mensaje recibido. Los padres de la pequeña, Susana Vila y Francesc Sistach, trabajan en el sector de la informática y las telecomunicaciones y saben que esto es el futuro.
“Las tabletas, o los iPhone –dicen–, tan visuales y táctiles, encajan muy bien con sus capacidades –los niños con autismo suelen ser poco verbales, muy buenos visualmente– y se están convirtiendo en una herramienta excelente para su ocio, pero también como dispositivo de comunicación. SARA está encantada con el iPad, y cualquier cosa basada en él es más aceptada e implica automáticamente más motivación”. Cada día aparecen nuevas aplicaciones específicas para el autismo, como imágenes que reflejan una secuencia de actividades y que se pueden personalizar para hacer rutinas para cada niño.
La Fundación Doctor Carlos Eloseguide la policlínica Gipuzkoa y la Fundación Orange han desarrollado el programa de software e-Minzta (habla electrónica, en euskera), que se podrá descargar gratuitamente, en castellano o en vasco, desde el portal de la Fundación Orange en los próximos meses. Se basa en las ayudas visuales y el uso de tecnologías táctil y multimedia.
Con los apoyos adecuados, la inclusión social mejora la calidad de vida de las personas con TEA y además incrementa sus capacidades de adaptación y desarrollo personal. Pero ¿está preparada la sociedad que les rodea? La madre de JOANES lo resume así: “La palabra autismo sigue siendo algo exótico y un tanto desconocido. En muchas ocasiones nos dicen: ‘Pero si no se le nota en la cara’. Resulta agotador dar explicaciones continuamente”.
El colegio es el primer lugar de convivencia de los niños fuera del ámbito familiar. La psicóloga Ruth Vidriales, de la Confederación Autismo España, asegura que “facilitar la inclusión social y escolar es una cuestión que se relaciona con los derechos fundamentales del niño con autismo”. “Y los beneficios son recíprocos –agrega–; por una parte, el niño disfruta de las oportunidades, tanto en el aprendizaje académico como en otros menos formales pero necesarios, como las habilidades sociales, de comunicación o de autonomía personal. Por otro lado, la inclusión favorece la sensibilización del entorno educativo y social y la valoración de los puntos fuertes de las personas con autismo”.
Neus Payerol, que preside la asociación Aprenem, que lucha por la inclusión en todos los ámbitos sociales, y también en la escuela, explica: “Mi hijo siempre tendrá autismo; si no pudiera ir a una escuela ordinaria, ¿cómo podría ser aceptado después en la sociedad? Sus compañeros de clase son también los adultos del futuro, que tendrán empresas, negocios, colegas de trabajo..., que así también asumen la diversidad como algo natural”.
“Se ha avanzado mucho en la inclusión escolar de los niños discapacitados físicos, pero la discapacidad psíquica no se acaba de entender”, opina la madre de SARA, que tiene otros dos hijos mayores. TEO, que tiene un hermanito de un año, acude a una escuela convencional. Su madre se lamenta de que la falta de recursos y de formación derive en una atención inadecuada: “No entiendo por qué los ciegos tienen un lenguaje adaptado y los sordos también, por qué hay rampas para las sillas de ruedas, y en cambio yo tengo que pedir por favor que le adapten visualmente las actividades”.
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Luis compra las golosinas que más le gustan |
La madre está especialmente contenta con este centro si recuerda cómo comenzó su hijo en una escuela ordinaria: “Empezó en el colegio donde teníamos ilusión que estudiara y lo echaron con tres años. Y miraban mal a sus hermanas por si era contagioso”.
Superar prejuicios y normalizar la relación social es un gran trabajo pendiente. La asociación de padres de su escuela ha permitido que una terapeuta acompañe a TEO durante la actividad extraescolar de tambor, para adaptarla al pequeño cuando sea necesario. Resultado: el niño es de los más obedientes, y eso que el barullo invita a ser travieso.
Los gemelos PAU Y JAUME van también a una escuela pública ordinaria que les ha dado mucho apoyo. Sus padres hablan con conocimiento de causa porque son maestros de primaria y saben lo que es trabajar en un aula llena de niños y con escasos recursos. “Pero la maestra, cuando ha visto que algo iba mal, nos ha preguntado qué podía hacer, ha permitido que tenga un terapeuta en clase…”, explican. Eso se valora mucho, porque, añaden, “la falta de recursos y de formación provoca la sensación de que los profesores no hacen caso. No puede ser que todo dependa de la buena voluntad de una persona”.
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Joanes consulta su pizarra agenda de la semana con las actividades mediante pictogramas, fotos...;le ayuda a organizarse |
QUIQUE fue de los primeros en usar los servicios que creó la asociación Autismo Sevilla, fue uno de los primeros alumnos del colegio de educación especial Ángel Rivière, abierto por la entidad. Tiene un hermano tres años menor que, como dice su madre, es su mejor terapeuta: “A veces lo entiende mejor que nosotros”.
QUIQUE está en la adolescencia. Le encanta escuchar música con sus auriculares; ha descubierto que puede ver fragmentos de películas en YouTube que sus padres le dejan ver con control..., poco a poco intentan que se abra al mundo adulto. “La adolescencia –explican– suele ser una etapa especialmente difícil en las personas con autismo. La rabia y la rebeldía de esa edad son muy duras en estos casos porque no encuentran estrategias para canalizarlas”. Por eso, su hijo practica deporte todos los días. “Son actividades muy físicas que le permiten descargar energía, aprender y disfrutar de lo aprendido en entornos comunitarios”, dice el padre. Además de nadar, una de las que más gustan al adolescente es el atletismo, y colabora preparando el material y dibujando él mismo la secuencia de la actividad.
JOEL empezará en el instituto el próximo curso y también iniciará el camino hacia la edad adulta. Su madre lo sabe: “Soy consciente de que la distancia aumentará, porque la relación con los adolescentes es otra. Pero sus amigos están acostumbrados a estar con él y lo respetan. Y Joel sabe que es diferente y lo acepta”.
Visto en ASPAU
Fuente: Magazine
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Historias de la neurociencia: Los árboles y el bosque |
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TEMPLE GRANDIN es una mujer interesante. Es doctora en ciencias de los animales y profesora de la Universidad del Estado de Colorado. Tiene su página web propia y ha inventado una máquina para abrazar, que se usa para calmar tanto a animales estresados como a personas hipersensibles. En 2010 fue elegida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del planeta, en la categoría “Héroes”. Ella protagoniza un capítulo en el libro de Oliver Sacks “Un antropólogo en Marte”, de hecho fue ella quien le proporcionó el título del libro hablando sobre cómo se sentía entra la gente que le rodeaba. Además, es consultora de McDonalds y Burger King, entre otras empresas, y se ha hecho una película sobre su vida que ganó siete premios Emmy. Y tiene autismo.
Las personas con autismo, entre otros problemas, tienen dificultades para establecer categorías, para extraer generalidades a partir de datos inconexos. No tienen capacidad de abstracción y pueden manejar un listado interminable y desestructurado de detalles, resultándoles difícil separar lo importante de lo accesorio. No usan categorías genéricas sino una panoplia de particularidades, una lista de objetos individuales. Grandin escribía: “mi concepto de barco está unido a cada uno del que he sabido. Hay un Queen Mary y un Titanic pero no un ‘barco’ genérico”. Por así decirlo, los árboles no les dejan ver el bosque, sino que verían una sucesión de árboles, cada uno diferente, independiente, único y no una comunidad vegetal.
En su relato “Funes el memorioso” escrito en 1942, un año antes de que se describiera el autismo por primera vez por Leo Kanner, Jorge Luis Borges cuenta de su protagonista “No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente).” Es llamativamente parecido a lo que estoy contando.
La ventaja de ver los árboles y no ver el bosque es que pueden ser muy buenos viendo los árboles. La empresa danesa Specialisterne, fundada por el padre de un chico con autismo y dedicada a la informática y las tecnologías de la comunicación decidió aprovechar algunas características de las personas con autismo, como la memoria y la atención a los detalles, consiguiendo unos saneados beneficios. La empresa tiene 48 empleados, 38 de los cuales tienen autismo. Michelle Dawson, una investigadora canadiense de la Universidad de Montreal, dedicada a la neurociencia cognitiva y afectada también de autismo se enfrentaba a la idea de que las personas con autismo valgan para ese tipo de actividad, temiendo que puedan ser vistos como robots metiendo datos en ordenadores, comentaba: “Decir qué tipo de trabajo es apropiado para una persona con autismo es cómo preguntar qué tipo de trabajo es apropiado para una mujer.”
A algunos profesionales dedicados al autismo y a bastantes padres les preocupa esa imagen positiva porque piensan que puede ir en detrimento de los programas y apoyos sociales que necesitan. Un padre que tenga un hijo que no puede alimentarse por su cuenta ni usar el servicio solo puede enojarse cuando oye a alguien decir que el autismo puede ser una condición ventajosa. Pero otro padre, cansado solo de oír noticias negativas, desfavorables, sobre la realidad y las perspectivas de su hijo, puede agradecer un poco de aire distinto, una nueva mirada, una puesta en valor de algo sobre lo que todavía tenemos tantos interrogantes. Temple Grandin dio una conferencia en Long Beach, California, en febrero de 2010. En esa zona, llena de los “raritos” que han desarrollado la industria informática hasta límites impensables, dijo que Silicon Valley no existiría sin el autismo y que la propia sala llena de gente que había ido a escucharla, estaba probablemente repleta de “genética del autismo”. La charla de Grandin se titulaba “El mundo necesita todo tipo de mentes”. Tiene toda la razón.
Visto en: ASPAU
Fuente: UniDiversidad. Observaciones y pensamientos.
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Aumento de los casos de autismo: medio explicado |
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Peter Bearman de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Columbia (Nueva York, EEUU) y otros colegas han trabajado para intentar dar una explicación a este fenómeno de proporciones epidémicas. Lo curioso del caso es que Bearman es un sociólogo y ha identificado tres factores que serían, al menos en parte, la explicación a ese aumento tan llamativo:
1) Mejor diagnóstico. Parece ser el motivo principal. Bearman y su grupo estudiaron los historiales médicos de 7.000 niños que habían sido diagnosticados con TEA en California desde 1987. En un 10%, el primer diagnóstico fue discapacidad intelectual, lo que antes llamábamos retraso mental. Desde ese año, los criterios de diagnóstico de los TEA en California se habían ampliado (por ejemplo incluyendo en el TEA el síndrome de Asperger y el PDD/NOS) y Bearman y su colega Marissa King estimaron que los cambios en los criterios diagnósticos identificaron unos 5.000 casos extra de TEA entre 1993 y 2005, o en porcentaje, un 26% del incremento en los registros durante ese período. En otras palabras, una cuarta parte de los niños que ahora son diagnosticados con TEA, no lo habrían sido hace unos años. Un estudio parecido por Hertz-Picciotto y Selwiche encontró que “tres artefactos, menor edad de diagnóstico, cambios en los criterios e inclusión de casos leves·, suponían un tercio del incremento en el número de casos en California.
2) Mayor conciencia social. Los padres, las familias , los pediatras y los maestros son más conscientes de qué es el autismo y cómo se identifica, por lo que es más fácil que los padres busquen un diagnóstico correcto cuando notan algo raro y es más probable también que los pediatras o los médicos de familia puedan identificar un caso leve de TEA o derivarlo a un especialista que lo haga. Un dato significativo es que los niños de familias de buen nivel socioeconómico tenían más probabilidad de ser diagnosticados con un TEA que los de clase baja.
Se pensaba que era debido al mejor nivel educativo y la mayor concienciación de los padres, que navegaban mejor el sistema sanitario y no se conformaban con “cualquier ” diagnóstico. Ese factor “económico” ha desaparecido en los últimos estudios epidemiológicos sugiriendo que ahora sí se identifican todos los niños con TEA.
Bearman y Ka-Yuet Liu cuantificaron este efecto. Primero estimaron cuánto aumentaban las probabilidades de que un niño fuera diagnosticado con TEA si vivía cerca de otro niño que había recibido el mismo tipo de diagnóstico. Entonces colocaron en un mapa todas las direcciones de los niños con y sin autismo de California para calcular cuántos niños habían crecido cerca de un niño diagnosticado con TEA. De esta manera pudieron calcular la fracción de casos extra que se habían diagnosticado como resultado de la interacción social entre las familias. Esta figura explicaba, según ellos, un 16% más del aumento de casos.
3) Padres de mayor edad. En California, como en España, la parejas están teniendo hijos a edades más avanzadas que hace unos años. Puesto que existe un sustrato genético en el autismo y los errores genéticos se acumulan con la edad, existen más probabilidades de que los padres “añosos” transmitan cualquier trastorno genético a los hijos. De nuevo, King, Fountain, Dakhlallah y Bearman estimaron que la mayor edad de los padres en el momento del embarazo podía explicar un 11% del aumento de los casos de TEA.
Si sumamos los porcentajes presentados por el equipo de Bearman 26+16+11= 53%. Estos factores, por tanto, explicaban la mitad de los casos “extra”. ¿Y la otra mitad? No lo sabemos. Las vacunas, que se presentaron como un posible culpable, han quedado descartadas. Se ha visto que si el intervalo entre dos partos es bajo, menos de un año, se triplica el riesgo de un TEA en el segundo hermano. No sabemos todavía la explicación, pero puede ser debida a un agotamiento en el primer parto de las reservas de algún elemento o molécula esencial como el ácido fólico o el hierro.
También se han planteado distintas causas ambientales y contaminantes pero ninguna ha sido probada. Cuando se abandonó la terrible y estúpida idea de que el autismo era causado por una mala atención de los padres a sus hijos también provocó un aumento de casos: pues tanto los médicos como los padres estaban más dispuestos a buscar y aceptar un diagnóstico que no llevaba una carga añadida de culpabilidad. Es posible que estos factores sociales también expliquen un porcentaje del aumento de casos.
Bearman comprobó que existen “agrupaciones”, zonas con un número mucho más alto de casos de TEA o directamente, de autismo. Eso indica que lo que cause el aumento no es una variable global, algo que afecte por igual a todos los niños y al mismo tiempo, hace pensar si en esas regiones existe algún factor toxicológico, un virus que se transmita a las mujeres embarazadas, algo que explique esos casos. Incluso puede que no sea un problema de esta generación, sino de la generación anterior, algo que afectó a sus padres cuando eran fetos y que ahora sale a la realidad. O quizá es solo ese traslado de información, de concienciación de padres a padres. Y aun así nos quedamos con la desagradable sensación de que algo se nos escapa, que nos falta algún factor en la ecuación para tener claro qué es lo que está pasando, pero eso no nos debe hacer creer cualquier explicación, como de forma alocada y no comprobada se ha producido ya varias veces en la historia del autismo.
Fuente: Unidiversidad. Observaciones y pebsamientos. El blog personal de J.R.Alonso
Gracias Pamela ;)


La inclusión social es la manera más eficaz de reducir los costes de la discapacidad |
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Nathalie Domínguez. FOTO: Jorge Villa / Madrid- 22/03/2011 Fuente:"Solidaridad Digital"
Beatriz Martínez Ríos, investigadora galardonada por su estudio sobre los costes extraordinarios de la discapacidad
Cuando estos costes no son cubiertos la calidad de vida de las personas con discapacidad disminuye. La desventaja económica que la existencia de estos costes genera se traduce en muchas ocasiones en exclusión social, en pobreza, y en definitiva, en una falta de libertad que conduce a las personas con discapacidad a no poder disfrutar de sus derechos humanos en igualdad de condiciones con los demás. Esta situación, aparentemente de importancia insignificante, en países pobres, puede implicar la falta de acceso a sus derechos fundamentales como son el derecho al agua, o al alimento, entre otros, e incluso, su falta de cobertura en algunas ocasiones puede llevar a la muerte a la persona con discapacidad.
Los estudios sobre pobreza demuestran que los costes de la discapacidad no se pueden reducir solamente mediante el aumento de los ingresos, sino que resulta necesario fomentar además el desarrollo de políticas dirigidas a eliminar las barreras a las que las personas con discapacidad se enfrentan en su proceso de inclusión en la sociedad, barreras como las psicológicas, las físicas, las de acceso a la información, etc., y en general, todas aquellas que no permiten su participación como miembros activos de la sociedad en todas sus esferas (la vida política, la educación, el empleo, y el ocio, entre otras).
A este respecto se puede concluir en que la inclusión social es la manera más eficaz de reducir los costes de la discapacidad. Una inclusión efectiva requiere la transversalización de la discapacidad en la legislación, en el desarrollo de políticas y en la puesta en marcha de programas y acciones desde la concepción de las mismas, permitiendo la participación de las personas con discapacidad desde el inicio del proceso regulador.
Sin embargo, aunque el impacto económico está en función del tipo de discapacidad también lo está en función de otros factores importantes como son la severidad de la discapacidad, la edad, el sexo, la situación socioeconómica, la composición del hogar, el ámbito geográfico y otros factores personales. Al evaluar el impacto económico de la discapacidad es esencial tener en cuenta todos estos factores de manera interseccional, puesto que todos ellos se refuerzan, y de forma integral, nos hablarán verdaderamente de la situación de pobreza en la que puede encontrarse la familia.
Hay que concienciar a los gobiernos de que el coste de la no inclusión y de la injusticia social es muy alto. Invertir en el empleo de las personas con discapacidad es invertir en la sociedad, pero para ello es necesario trabajar para crear sociedades inclusivas y abiertas a la diversidad.
Además, según las teorías económicas, para conseguir un crecimiento económico sostenible es necesario reducir la desigualdad, y por tanto es esencial trabajar con los sectores más pobres, entre los que se encuentran los hombres y más aún las mujeres con discapacidad. Son necesarias unas condiciones económicas que cubran los costes extraordinarios de la discapacidad, permitiendo la participación de todos los actores, incluidas las personas con discapacidad, en los sistemas de producción y consumo para que exista un crecimiento sostenible e igualitario de manera que la cohesión social sea una realidad. Es decir, que la riqueza producida se reparta equitativamente entre los ciudadanos sin que existan situaciones en las que ésta quede monopolizada por un sector reducido de la población.
Si se quiere lograr un avance en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es necesario que se tengan en cuenta los derechos de las personas con discapacidad en las políticas de desarrollo y que la discapacidad se transversalice en todas las acciones que se lleven a cabo siempre desde un enfoque basado en los derechos humanos. Esta situación tendría un efecto catalizador y repercutiría en muchas personas con discapacidad que viven en situación de pobreza. Para ello, es fundamental que las organizaciones de personas con discapacidad también sean consultadas en el diseño, desarrollo y evaluación de estas políticas para que sean inclusivas.
Fuente: APNABI


¿Pueden los niños con TEA mentir? |
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Se han utilizado dos preguntas de seguimiento para medir el control de fugas semántica:''¿Qué te parece que es el juguete''('qué') y''¿Por qué crees''("por qué")?. Aunque la mitad de los niños con un desarrollo típico en nuestra muestra ejerce el control de fugas semánticas en respuesta al "qué", sólo un niño con TEA lo hizo. No hemos encontrado diferencias significativas entre los dos grupos en función de los "por qué". Los niños con TEA de alto funcionamiento parecen capaces de mentir por su propia voluntad, pero parecen incapaces de mentir de manera convincente. Aunque los resultados actuales puede parecer contradictorios a los informes de los padres de los niños con TEA, se especula que tal vez los padres se han centrado en la capacidad de los niños a decir mentiras efectivas en lugar de su propensión a contar mentiras, sin importar si son o no eficaces.
Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con TEA tienen deficiencias en el reconocimiento y la comprensión de otras mentiras piadosas (Happe '1994) y los estados afectivos (Hobson, 1986). La hipótesis era que los niños en el grupo TEA no dirían mentiras piadosas, sin embargo, esta hipótesis no fue confirmada. Los dos grupos no difieren en su propensión o capacidad de decir una mentira piadosa. Las preguntas formuladas en el paradigma del regalo no deseado no fueron capaces de informar sobre la comprensión infantil de cuándo y por qué la gente dice mentiras piadosas. Por lo tanto, no se puede asegurar si los niños trataron de ser cortés con el experimentador o de no herir sus sentimientos. Por lo tanto, a un subconjunto de los participantes que dijeron una mentira piadosa se les hizo una pregunta de seguimiento: ''¿Por qué dijiste que te gustaba el premio a pesar de que no me gusta mucho jabón?'' Las respuestas a la pregunta de seguimiento revelaron que ni los niños con un desarrollo típico ni los niños con TEA podrían explicar por qué la gente dice mentiras piadosas, lo que sugiere que los niños que dijeron una mentira piadosa no necesariamente estaban tratando de ser corteses o de proteger al experimentador para que no se sintiera herido. La respuesta más común de los niños de ambos grupos fueron, ''no sé'' y ''me olvidé''.
Es posible que los niños con TEA pueden aprender a decir mentiras para manipular las conductas de los demás y en consecuencia evitar el castigo. Estas estrategias pueden ser secuencias de comandos y podría no haber intención de manipular las creencias de otra persona. Simplemente puede demostrar que los niños pueden manipular las conductas de los demás, pero no necesariamente refleja un intento consciente de inculcar una falsa creencia en la mente de otro. El patrón de correlaciones encontradas entre la capacidad de decir la mentira y la comprensión de falsas creencias proporciona ayuda técnica para esta posibilidad.
Curiosamente, la propensión de decir mentiras antisociales resultó estar relacionada con la propensión de decir mentiras piadosas en los niños en el grupo de TEA, pero no el grupo con un desarrollo típico. Se especula que cuando se enfrentan a situaciones similares a estos paradigmas en la vida real, los niños con TEA pueden haber aprendido a responder de tal manera que les permita evitar meterse en problemas con el receptor de la mentira. En otras palabras, los resultados del presente estudio sugieren que tanto las mentiras antisociales como las piadosas que dijeron los niños con TEA reflejan un guión conocido en lugar de ToM.
Visto en: Siempre una sonrisa
Ref. fuente orifinal:
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Respetemos la Neurodiversidad |
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Soy psicólogo clínico y lingüista.
Al terminar la carrera, mis intereses iban por el lado del lenguaje y sus procesos así que inicié mis prácticas profesionales con niños con Transtorno Específico del Lenguaje (TEL: un transtorno congénito que se diagnostica por descarte. Un grupo de estas personas presenta el llamado Transtorno Pragmático del Lenguaje: un lenguaje “normal” a nivel de estructura pero deficitario en su uso y comprensión social (pragmática).
Al empezar mis investigaciones sobre el tema, noté que la bibliografía reciente vinculaba este problema del lenguaje con el Autismo en general y con el Síndrome de Asperger en una suerte de espectro o continuo. Elegí dedicarme al tratamiento de personas con Transtornos del Espectro Autista (TEA) (específicamente, el TPL y el SA).
En el párrafo anterior (y en el título de este Blog) he utilizado repetidas veces la palabra “transtorno” cuando hubiera preferido usar “condición”. Quiero explicar porqué.
La comunidad de personas con Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) y con Síndrome de Asperger es bastante activa en cuanto a la defensa de sus derechos. Un activista importante es Jim Sinclair (persona con autismo de alto funcionamiento, aprendió a comunicarse verbalmente a los 12 años y actualmente trabaja como psicólogo con personas con TEA) , fundador de dos redes bastante activas, integradas y dirigidas por personas con Autismo y Síndrome de Asperger: Autism Network International y Aspies for freedom
Según Simon Baron-Cohen, creador del constructo sobre Teoría de la Mente y Autismo, en estas personas se da un bajo nivel para empatizar que va de la mano con una gran habilidad para sistematizar. Por ello presentan gran capacidad para los cáculos, trabajo con detalles o tareas que requieran una gran capacidad de focalización. Si hay algún tipo de discapacidad esta es, fundamentalmente, a nivel de las relaciones sociales puesto que o no entiende su importancia o simplemente, a veces, no les interesa (al menos no como nosotros esperaríamos que les interese).
Esto lleva a que se les considere raros, huraños, desatinados, maleducados, ofensivos, inadaptados, etc.
Esta comunidad, de personas con TEA, ha acuñado el término neurodiversidad el cual supone que un desarrollo neurológico atípico (neurodivergente) es una diferencia normal que debe ser reconocida y respetada como cualquier otra variante humana. En este sentido, debemos esforzarnos por comprender que no todos procesamos la información de la misma manera, ni damos el mismo peso a lo social, o que, simplemente, existen diversas maneras de ver el mundo: ni mejores ni peores, distintas. Ser neurodivergente es lo opuesto a ser neurotípico (“neurótico típico”, el resto de la población).
Dentro del concepto de neurodiversidad, en la actualidad, se considera ya no sólo las diferencias neurológicas y, por ende, de procesar el mundo, de las personas con Autismo o Síndrome de Asperger, sino también de las que tienen déficit de atención, dislexia, dispraxia, transtornos específicos del lenguaje, transtorno bipolar, etc…
Por estas razón, el término “transtorno” va cayendo en desuso para hablar, mejor, de “condición”. Por ejemplo, tener Autismo, Síndrome de Asperger no es una enfermedad sino una condición de vida. Con esto vuelvo a lo que señalaba líneas arriba. La palabra “transtorno” tiene que ver con la herencia clínica de nuestros diagnósticos pero, como señala Baron-Cohen en su último libro (Autism and Asperger Syndrome: The facts), las personas del grupo de alto funcionamiento tienen un pensar diferente: una condición distinta.
En navidad y fin de año pienso en mis muchos amigos Aspergers (o aspies). En estas fiestas uno asiste al descuartizamiento de la intimidad con que las personas neurotípicas obligan, a veces, a vivir lo que debería ser “normal”: sonreir a diestra y siniestra, ir a reuniones que no nos importan, confraternizar sin que se nos note el aburrimiento, iniciar la caravana de saludos a familiares a quienes quizá no veamos hace mucho o que, en especial, no nos importe ver… y si alguien decide pasarla tranquilo, en casa, con un pequeño grupo, se le llamará antisocial, émulo de Scrooge, amargado, etc. y, peor aún, querrán ir en su rescate insistiendo hasta el infinito en que salga, en que se fije en lo infeliz que es, en que sea “normal”.
La “normalidad estadística”, querido neurotípico, no tiene nada que ver con la calidad de vida y tampoco, remotamente, con la felicidad.
Si quieres socializar más allá de tus fuerzas o si es realmente importante para ti, eres libre de hacerlo pero respeta a quienes quieren estar tranquilos, a los que quieren ir a su ritmo, a los que disfrutan de manera distinta… A los que no quieren ser como tú sin por eso querer ofenderte.
Tal como señala Jim Sinclair:
"Tener autismo no significa no ser humano, sino significa ser diferente. Significa que lo que es normal para otros no es normal para mí, y lo que es normal para mí no es normal para otros. En cierto modo estoy mal equipado para sobrevivir en este mundo, igual que un extraterrestre sin manual de orientación. Pero mi personalidad está intacta. Mi individualidad sin daño alguno. Le encuentro significado y valor a la vida y no quiero ser curado de mí mismo… Reconoce que somos igualmente extraños el uno para el otro y que mi forma de ser no es sólo una variante dañada de la tuya… Cuestiona tus conclusiones. Define tus condiciones. Colabora conmigo para construir puentes entre nosotros"
Fuente: eita.pe
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Prejuicios sobre el autismo y el sindrome de asperger . |
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Por: Luis Jorge Palacios vera
El motivo de este escrito es mostrar los estereotipos con los que se ha calificado a quienes estamos dentro del espectro autista y desenmascararlos, mostrar el error que hay tras todo eso. El autismo es un tema conocido pero ignorado, motivo por el cual surgen comentarios ofensivos y errados, comentarios dirigidos desde la ignorancia de uno mismo, motivo por el cual se convierten en prejuicios y comentarios falaces. Mi intención con este escrito es defender al autismo de agresiones y comentarios errados y falaces, aunque sea de manera breve y pequeña. Lo que quiero es contribuir a la causa.
Para este tema retomaremos algo de historia, pero no me remontare hasta Kanner y Asperger. En lugar de eso me remontare a los albores de la esquizofrenia. Si, lo sé, la esquizofrenia es incompatible con el autismo, pero a principios del siglo XX el autismo (autos=dentro de uno mismo) era considerado como un síntoma más de la esquizofrenia.
Afortunadamente, hoy se sabe que aquello era un error. Los delirios, alucinaciones y percepción errada y anormal de la realidad no forman parte del espectro autista. Esto se lo debemos a Leo Kanner y sus estudios. Sin embargo, esto no ha frenado los comentarios y prejuicios del autismo por parte de la gente. Recordemos que el autismo de Kanner es el “autismo clásico”. El autismo clásico presenta características como la ausencia o retraso del lenguaje, estereotipias o movimientos repetitivos, ecolalia, atraso cognitivo y demás. Sin embargo hay que tomar en cuenta que el autismo se presenta bajo diferentes grados de severidad, así que lo anteriormente mencionado no tiene por qué ser la imagen acertada del autista, he ahí que exista por ejemplo el concepto de “autismo de alto funcionamiento”. Sin embargo, a mi parecer, los enmarcados dentro del espectro autista podemos ser de “alto funcionamiento” en ciertas áreas y de “bajo funcionamiento” en otras. Es por esto que las pruebas de CI no son adecuadas, puesto que el autista tiene gustos e intereses en los que destacan y otros en los que no. La inteligencia no debe medirse solo mediante la lógica o bajo influencias culturales. Ahora vayamos a un estereotipo clásico sobre la condición del autismo:
“El autista tiene una inteligencia disminuida y deficiencia mental”
Supongo que mucha gente piensa en esto en cuanto escucha la palabra “autismo”. La inteligencia se presenta bajo diversas formas y capacidades. Como ya he mencionado, las pruebas de CI son inadecuadas para medir la inteligencia exacta de alguien. La inteligencia va más allá de las capacidades lógica-matemáticas o factores meramente culturales o regionales. Al mismo tiempo, el autismo se presenta bajo diferentes formas de gravedad, como también ya he dicho. Cada autista destaca en alguna área especial. Por otro lado hablemos del síndrome de asperger, el cual nos identifica a todos los de este grupo. El síndrome de asperger se caracteriza por dificultad para socializar o hacer amigos, intereses restringidos, gustos obsesivos, torpeza motora, uso idiosincrásico del lenguaje, etc. Tiene diferencia con el autismo clásico en el hecho de que no hay ausencia o retraso del lenguaje o “disminución de la inteligencia”, pero hay problema más o menos severo para iniciar o mantener conversaciones como también para comunicar de manera entendible lo que se quiere decir, pues muchas veces el lenguaje es muy “raro” para la comprensión de otros. Hablamos de manera culta y eso les dificulta el entendimiento hacia nosotros a las personas. El aspie es visto como una persona egoísta, retraída, excéntrica, aislada, grosera o “rara”. Digamos que el asperger es un autismo invisible, imposible de notar a la vista de los demás. Esto acarrea muchos problemas, puesto que al no saber lo que el individuo tiene se le tilda de muchas cosas, todas erradas.
De ahí que se diga también lo siguiente:
- “Los autistas no tienen sentimientos”.
Este comentario se debe a la incapacidad que tenemos para comunicarnos de manera “adecuada”. Dicen que el autista-sin importar el grado de severidad de este-tiene un mundo propio en el cual se sumerge. No lo negare, esto es cierto, yo mismo me sumerjo en mi mundo cada vez que lo requiero. Pero eso no significa que este desconectado de la realidad y del mundo. Los autistas amamos a personas. Desde niño uno tiene una relación entrañable con la madre o el padre por poner un ejemplo, como también con hermanos o familiares. Aquí entra el factor cariño o afecto hacia la otra persona. Claro está que muchas veces no sabemos demostrar ese afecto a la familia o a algún amigo por nuestros problemas para expresarnos. Esto es lo que desconcierta a muchas personas. Pero, aunque a muchos les parezca imposible, el autista también se enamora, también siente amor y afecto por la “persona especial”. Cada autista es diferente uno de otro, la personalidad es lo que rige a cada persona.
- “Dentro del autista no hay absolutamente nada”.
Hasta 1986 los psicólogos, psiquiatras y familias de autistas estaban totalmente de acuerdo con la frase anteriormente citada. El autista era visto como una persona con la cabeza llena de aire, como alguien que no pensaba. La gran Temple Grandin, diseñadora de mataderos y defensora de los derechos animales rompió este paradigma con su autobiografía, publicada en el citado año de 1986. Este libro asombro al mundo, pues fue el primer libro sobre el autismo visto desde la perspectiva de una autista. Esto realmente ayuda a cambiar la imagen que se tenia del autismo. Una mujer con autismo escribía fluidamente sobre sus experiencias, su vida, los problemas con los que tuvo que enfrentarse y sus ideas innovadoras para el cuidado ganadero y el tratamiento para niños con autismo. Yo le agradezco a Temple por haber contribuido a cambiar el paradigma que se tenía antes.
¿A que se pretende llegar con todo esto?
El afán de este escrito es demostrar la visión errada que se tiene sobre el autismo y sus generalidades, tratar de hacer consciencia. Lo que muchos queremos es que la gente no solo respete, sino que valore las diferencias, que no nos trate como tontos. Queremos que se entienda que somos diferentes, y que a pesar de ello somos seres humanos que sienten, que gozan, que ríen, que lloran, que sufren, que viven y que aman.
En pleno siglo XXI es hora de preguntarse ¿Qué tan presente a estado el autismo? Hace tiempo que este ha sido diferenciado de la esquizofrenia, y aun así sigue siendo visto de manera errónea por muchísimas personas.
Se dice que Albert Einstein, Nicola Telsa, Beethoven, Lovecraft, Mozart y demás personajes tenían el síndrome de asperger o autismo de alto funcionamiento, como también algún nivel de savantismo. No podemos predecir esto con exactitud, son personajes que murieron hace mucho tiempo. Sin embargo, todos tenían rasgos autistas. Hans Asperger dijo en su diagnostico: “Para tener éxito en las ciencias y las artes se necesita un nivel de autismo” al referirse a sus “pequeños profesores”. Esto muchas veces a quedado demostrado al ver las capacidades o habilidades de los autistas y los aspies, así que yo invito a la gente que cuestione por un momento sus ideas y sea capaz de ver mas allá de lo dictado.
Einstein decía que el concebía el mundo mediante los ojos de un niño. Para Einstein la mayor virtud del ser humano es la capacidad de asombrarse ante el misterio y las maravillas del mundo, ese océano que parece inexplorable. El autista va más allá del estereotipo dictado por la sociedad. El busca los detalles y no la visión general. Por eso va llegando la hora de que se deje de subestimar la inteligencia del autista. Que se valoren las diferencias y que se nos dé un trato más humano.
Fuente: Facebook - Typhon Megatherion


Errores Generalizados sobre Autismo vs. Información de la Sociedad Nacional para niños con Autismo |
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- Errores generalizados - ERROR
Niños con autismo no hablan
- Información de acuerdo con la Sociedad Nacional para niños con autismo - CORRECTO
La incapacidad del lenguaje se mide desde el no hablar a inflexión peculiar y patrones de entonación y problemas de modulación.
- APUNTE MIO (Maite) - TOTALMENTE !!!! FALSO !!
Fuente: UNC School of Medicine - TEACCH autism program


Las 20 preguntas más frecuentes sobre autismo |
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durante la escuela, programas de verano, programas de recreación, otras opciones de vivienda residencial, entrenamientos PRE-vocacionales, programas de escuela durante el verano.
Fuente: UNC school of medicine-Teach Autism Program


Cuando el desarrollo del niño no sigue el curso esperado ... |
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Por Marcela Romero Delgado – La llegada de un hijo produce en la familia cambios importantes, los cuales obligan a los padres y hermanos a adoptar nuevas rutinas. Adaptar el entorno familiar y adecuar la casa para un pequeño que correteará de un lado para el otro, cantará, hablará, jugará y exigirá la mayor atención posible. Los padres por su parte, estarán a la expectativa de los progresos y logros de su pequeño, los hermanos soñarán con el día en que participe de sus juegos y aventuras, y por supuesto, los abuelos se sienten los seres más complacidos por tener de nuevo en casa un pequeño que les llena de vida y de ternura.
Pero ¿Qué pasa cuando el desarrollo del niño no sigue el curso esperado y empiezan a aparecer señales que indican que por alguna razón algo no va bien? El niño o la niña que ya ha cumplido dos años, aún no dice ninguna palabra, y tanto los adultos como los demás niños no consiguen descifrar el código de comunicación del pequeño, aparecen también, algunos comportamientos no esperados, rabietas que se hacen cada vez más intensas, a pesar de haber agotado todas las estrategias para mejorar su conducta. Los padres empiezan a notar que cuando van al parque su hijo no disfruta como los demás niños, no se interesa por acercarse a ellos, por el contrario juega solo, recoge y colecciona pequeñas cosas que encuentra en el suelo, y a veces parece como si se emocionara observando los detalles de los objetos que tiene a su alcance, e incluso en algunas ocasiones hace una serie de movimientos extraños con sus manos, o de repente, sonríe sin que haya nadie delante y cuando se le llama por su nombre, está totalmente absorto en sus pensamientos y parece no escuchar la voz de quien le llama.
Es entonces, cuando los padres empiezan a preguntarse ¿Qué le pasa a mi hijo, por qué se comporta de esa manera? ¿Por qué es tan listo para algunas cosas pero no consigue hacer otras tareas por sencillas que estas sean? ¿Será que no escucha bien? ¿Será que no le hemos dedicado suficiente tiempo?, ¿Será que tiene mucho carácter?… en fin, estas preguntas y numerosas más no paran de rondar el pensamiento de muchos padres y madres antes, durante y después de tomar la decisión de consultarlo con el pediatra.
A partir de este momento, algunas familias acuden a los servicios sanitarios y son persistentes para que se le realicen a su hijo todas las pruebas necesarias para encontrar la respuesta al comportamiento del pequeño. Estas pruebas, llamadas por los especialistas como: Neurofisiológicas, genéticas, y neuropsicológicas, las solicitan, cada uno por su parte, el neuropediatra y el neuropsicólogo clínico. Porque serán los resultados de todo este estudio, los que permitan dar el primer paso para descartar o confirmar si el niño presenta un trastorno del desarrollo y si es el caso de qué tipo. Pero sobre todo, le permitirán al niño iniciar un tratamiento oportuno, que le favorezca para crecer e integrarse en los distintos contextos de su entorno familiar, escolar y social.
Cuando se habla de un trastorno del desarrollo, este puede ser desde un retraso específico del lenguaje, un trastorno de conducta, un trastorno de atención, un retraso en sus funciones cognitivas, un trastorno del espectro autista, un retraso psicomotor, o una patología de origen genético. Todos ellos, requieren atención, tratamiento, comprensión y lo más importante aceptación de la familia y personas cercanas al pequeño.
Como se comentaba anteriormente, el nacimiento de un niño con un trastorno en su desarrollo, implica un proceso de cambio que implica a toda la familia. Pero, tener en casa a un pequeño que requiere una atención especial, es un proceso aún más exigente, más duro, por así decirlo, para la familia que lo enfrenta. Por tanto, será la capacidad de comprensión, de unión, de compañerismo, de implicación, de madurez y de aceptación, lo que garantice una agradable convivencia. Porque tener un hijo con algún tipo de dificultad, no es renunciar a las expectativas que se habían planteado cuando el pequeño era aún un bebé, por el contrario, es asumir un estilo propio de vida adaptado a las necesidades del pequeño y en concordancia con los intereses y necesidades de toda la familia. Pero hay algo que también es de suma importancia en el proceso de aceptación, y es que cualquier familia, sin importar la raza, o el nivel socio-económico que tenga, puede estar en esta situación.
Para cerrar este primer acercamiento hacia lo que implica tener un hijo con un trastorno del desarrollo, es preciso tener claro que es imprescindible prestar atención y darle importancia al comportamiento del niño durante los primeros años de vida, para poder actuar oportunamente y ofrecerle la mejor atención y cuidados necesarios en los distintos aspectos de su vida.
Y por último para centrar la atención temprana, detección y diagnóstico diferencial que debe realizarse en el caso de los niños con un Trastorno Generalizado del Desarrollo, será preciso contar con profesionales especializados en neuropsicología infantil, psicología clínica infantil y Trastornos del Espectro Autista. Ellos, junto con las herramientas necesarias para la evaluación precoz y abarcando laáreas principales que se ven implicadas en el proceso evolutivo, podrán, en compañía de un equipo interdisciplinario compuesto por pediatras, neuropediatras, psicólogos y neuropsicólogos, realizar un acercamiento a la valoración diagnóstica de este tipo de trastornos. Pero, cabe anotar que una buena evaluación no debe dejar de lado pruebas estandarizadas y de neuroimagen que permitan entender con mayor precisión el nivel de afectación y las habilidades preservadas en el niño; para esto, desde la neuroimagen nos ofrecen la Resonancia Magnética cerebral funcional, recientemente incorporada para el diagnóstico infantil y en la cual los neuropsicólogos tenemos muy buenas expectativas.
Más adelante, comentaremos de forma más detallada el proceso de evaluación neuropsicológica infantil para niños con Trastornos del Espectro Autista, especificando el tipo de pruebas, las áreas a evaluar, así como dónde, cuándo, cómo y quién debe realizarlas.
Fuente. AutismoDiario


Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen |
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Las autoras, Adele Faber y Elaine Mazlish, han escrito este libro con mucho sentido común, y es por esta razón que se hace muy fácil aceptar sus propuestas: en el fondo lo sabíamos!
Ellas nos dan ejemplos de conflictos frecuentes, ayudándonos a entender el punto de vista de los niños y permitiéndonos a la vez mantenernos dentro de nuestros parámetros de conducta. Todo esto sin dejar de respetarlos y de mostrar afecto por ellos.
El libro es muy sencillo de leer, incluso para quienes huyen de los libros sobre crianza. Basta con dar un ahojeada a las tiras cómicas presentes a lo largo de todo el libro para captar el mensaje y empezar a hablar para que nuestros niños nos escuchen. Fuente Familialibre
Resumen del libro de las autoras Adele Faber y Elaine Mazlish editorial Diana.
■ Escuchar con gran atención
■ Reconocer los sentimientos con la palabra: “vaya!”, “ajá”, “ya veo” en vez de preguntar y aconsejar. Estas expresiones son invitaciones al niño para que explore sus propias ideas y sensaciones y halle una solución.
■ Dar nombre a los sentimientos: cuando el niño escucha las palabras que definen lo que está experimentando, recibe un hondo consuelo. “Parece muy frustrante…” “Que indignado estás!”
■ Conceder al niño sus deseos en la fantasía: “me encantaría tener una varita mágica o tener poderes mágicos para…”
Ejemplo “Entiendo que te hayas enfadado con tu hermano. Ahora dile lo que quieres con la lengua, no con los puños”
Ejemplo cuando llora, en lugar de preguntar el porqué: “Ya veo que hay algo que te apena”.
Ejemplo cuando nos insultan cuando se enfadan: “No me gusta lo que acabo de escuchar. Si estás enfadado por algo, dimelo con otras palabras. Tal vez podamos resolverlo juntos”
■ Describir. Describa lo que ve o describa el problema: en lugar de enfadarnos y sacar a relucir defectos, describir lo que vemos “la luz del cuarto de baño está encendida!” en lugar de “qué cabeza de chorlito, ya te has vuelto a dejar la luz”. O “el sitio de los juguetes es la caja de juguetes!!.
Nota: mejor anular el tú acusador, en vez de “has derramado la leche por el …”, es mejor “se ha derramado la leche, necesitamos una esponja”.
■ Dar información. La información es más fácil de aceptar que una acusación. En vez de “si te vuelvo a ver pintando en la pared te vas a enterar” decir “las paredes no son para dibujar, si quieres pintar algo hazlo en un papel”.
■ Expresarse sucintamente. En lugar de soltar una parrafada con sermones y discursos, expresar lo que se quiere de la forma más breve posible: “niños, los pijamas!”, “no saltes en el sofá!”, “esa puerta!”.
■ Comentar los propios sentimientos: al describirles cómo nos sentimos, somos honestos sin necesidad de herirles. En lugar de “eres un grosero, siempre me interrumpes” decir “me frustra/ no me gusta/ me fastidia empezar a decir algo y no poder terminarlo” o “ahora no es un buen momento para hacer esto, estoy tensa e irritable y no tiene nada que ver contigo. Después de cenar podré dedicarle la atención que merece”.
■ Escribir una nota: a veces es más contundente que la palabra dicha. Ejemplo nota puesta en la TV “antes de apretar el botón piensa: he hecho los deberos ya? he terminado de ensayar? O “esta noche lectura de cuentos: se invita a todos los niños que lleven puesto el pijama y los dientes limpios. Os quiere mamá y papa”.
NOTA: El humor es lo que mejor funciona con los niños para invitarles a la acción y alegrar el ambiente doméstico. Se puede adoptar por ejemplo otra voz o acento, como la de un robot, etc.
■ Señalar la manera de ser útil. En vez de “cuando llegues a casa te vas a enterar (estando en el super)” decir “me sería de gran ayuda que cogieses 3 limones”.
■ Expresar una censura rotunda (sin atacar el carácter). En vez de “te comportas como un salvaje” decir “¡no me gusta nada esta situación! Es muy molesto que corretees por ahí sin control”.
■ Manifestar nuestras expectativas: expresar nuestros sentimientos con rotundidad y manifestar qué esperamos para la próxima vez: “Cuando presto mis herramientas, espero que me las devuelvan”
■ Enseñar al niño cómo rectificar: “lo que necesita ahora esta sierra es una buena limpieza a fondo”.
■ Dar opciones. En vez de “si vuelvo a pillarte corriendo, te daré un bofetón”, decir: “deja de correr, tienes dos opciones: caminar normalmente o sentarte en el carrito”.
■ Tomar medidas. En vez de “te la has ganado” decir “veo que has decidido sentarte en el carrito (cogiendo al niño y sentándolo)”.
■ Permitir al niño que experimente las consecuencias de sus faltas. Consecuencias naturales al acto en sí: “hasta que no sepas responsabilizarte de ellas, perderás el privilegio de usar las herramientas”.
■ Paso 1. Hablar de los sentimientos y las necesidades del niño (ejemplo: “estoy pensando que quizás para ti no sea fácil venirte a casa cuando te lo pasas mejor con tus amigos”)
■ Paso 2. Hablar de nuestros sentimientos y necesidades (siguiendo el ejemplo anterior “pero por otra parte, yo sufro cuando te retrasas”)
■ Paso 3. Exprimirse el cerebro para encontrar una solución mutuamente aceptable (sigue: “unamos nuestras mentes para encontrar una idea que nos satisfaga a los dos”)
■ Paso 4. Escribir todas las ideas sin evaluarlas
■ Paso 5. Decidir qué sugerencias nos gustan, qué sugerencias son desechables y cuáles pensamos seguir en el futuro.
■ Dar opciones al niño para que escoja: “te apetece mas ponerte los pantalones rojos o los azules”. En lugar de imponer, a veces es mejor ofrecer dos alternativas para reducir la negatividad del niño. Ante un “debes tomarte el jarabe” se puede decir: “ya sé cuánto te desagrada esta medicina. Te sería más fácil tomártela con zumo o con agua?”.
■ Mostrar respeto por su lucha personal: “un tarro puede ser difícil de abrir. A veces resulta útil golpear el canto de la chapa con una cuchara”
■ No hacer demasiadas preguntas: “me alegro de verte, bienvenido a casa” Un exceso de preguntas puede ser una invasión de la vida privada.
■ No precipitarse dando respuestas: “Es una pregunta interesante, tú que opinas?”
■ Animar al niño a utilizar fuentes externas: “quizás el dueño de la tienda de animales nos dé una sugerencia (para solventar una duda de animales)”. Los hijos deben saber que para resolver sus problemas no dependen enteramente de nosotros, también pueden recurrir al mundo exterior.
■ No le quite la esperanza: “así que quieres actuar en la función del colegio. Puede ser toda una experiencia positiva”. En vez de preparar a sus hijos para un desengaño, dejarlos explorar y experimentar, fantasear y hacer sus planes.
■ No hablar de él en su presencia, por pequeño que sea: cuando un niño oye constantemente como es o deja de ser, se siente como una pertenencia de los padres.
■ Respetar el afán de “superarse”: A veces un niño desea mucho hacer algo, pero no está emocional o físicamente preparado. Ej. Intenta no chuparse más el dedo, pero cuando está cansado, es tan agradable…. En lugar de forzar o azuzar, expresemos nuestra confianza en su eventual superación: “cuando tu lo decidas, dejarás de chuparte el dedo” o “un día de estos ya usarás el lavabo como mamá”
■ No excederse con el NO, que tantas rabietas y sentimientos negativos provocan.
ALTERNATIVAS AL NO:
A) Dar información (y suprimir el NO): en vez de decir “no puedes ir a casa de Eva” decir “cenaremos dentro de 20 min”
B) Aceptar los sentimientos: ej. A la petición “¿Por qué no nos quedamos un rato mas?” se puede decir “ya veo que te quedarías mucho rato, da pena dejar un sitio donde disfrutamos tanto”
C) Describir el problema: ej. A la petición “mamá, me puedes llevar a la tienda?” en lugar de decir “ahora no puedo”, es mejor “me encantaría llevarte, lo malo es que tengo que ir al dentista en 10 min”
D) Siempre que sea posible, sustituir el No por un Si: a la frase “me dejas ir al parque?” mejor decir “claro que sí, cuando termines de comer” en lugar de “no, no puedes porque estás cenando”.
E) Darse tiempo para pensar: ante una petición del hijo, en lugar de dar una respuesta inmediata, decir “Déjame meditarlo con calma”.
El elogio que más estimula es el denominado ELOGIO DESCRIPTIVO:
■ El adulto describe en tono estimativo lo que ve y lo que siente (no solo sirve los vocablos que evalúan como un “bonito, bueno, fantástico”)
■ El niño, después de escuchar la descripción del adulto, puede ensalzarse a sí mismo.
Ejemplo: en vez de evaluar “has ordenado tu habitación, eres una niña estupenda”, hay que describir lo que ve y lo que siente: “veo que has trabajado mucho, has colocado todo bien en la estantería, has guardado cada disco en su funda y no hay una sola pieza en el suelo, da gusto entrar en la habitación”. Normalmente los niños captan mejor el mensaje de elogio así y no solo piensan que lo decimos por decir.
Ejemplo: “has trabajado más de una hora en tus deberes, esto es lo que yo llamo tesón!!” en lugar del socorrido “muy bien, ya has acabado los deberes”.
Etiquetar a los hijos es algo que debe evitarse, pues no solo condicionará su conducta sino también sus sentimientos personales. Tácticas:
■ Buscar oportunidades para mostrarle una nueva imagen de sí mismo: Ej. en lugar de decirle destrozón o manirroto, alabarle tipo “tienes ese juguete desde hace tiempo y parece casi nuevo”
■ Ponerle en situaciones en las que pueda verse de otra manera
■ Intentar que le oiga cuando diga algo favorable sobre él a otra persona
■ Ejemplificar el comportamiento deseado: Dar ejemplo los padres
■ Ser la memoria viva de sus momentos más inspirados: “recuerdo aquel día cuando tenías…”
■ Cuando actúe según la vieja etiqueta, expresar nuestros sentimientos y/o expectativas: “no me gusta tu actitud, por mucho que te fastidie, has de saber perder con dignidad”.
Visto en Kaleidoscopio Lunar


Autism Speaks, aprenda los signos. Impresionante campaña publicitaria |
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La campaña publicitaria de servicio público que por varios años ha realizado Ad Council para Autism Speaks ha enfatizado la importancia de reconocer las señales tempranas del autismo y de buscar los servicios de intervención temprana.
Las investigaciones ahora indican que los niños desde su 1º año de edad pueden mostrar señales de autismo. Lo más importante que usted puede hacer como padre/madre o tutor es aprender las señales tempranas del autismo y conocer los indicadores típicos importantes del desarrollo que su niño debe alcanzar en las diferentes edades.
Examine por favor la siguiente lista. Si usted tiene alguna preocupación acerca del desarrollo de su niño, no espere. Hable con su doctor acerca de una revisión a su hijo para el autismo. A pesar de que la revisión de valoración para el autismo comienza desde los 16 meses, la mejor opción para los niños pequeños es hacerle su evaluación de desarrollo en cada visita de rutina con una herramienta altamente validada para el análisis del desarrollo. Si su hijo tiene autismo, la intervención temprana puede ser su mejor esperanza.
(Las siguientes señales de alerta pueden indicarte si tu hijo está en riesgo de un desarrollo atípico y si necesita evaluación inmediata).
En términos clínicos, estos son algunos “indicadores absolutos”, comúnmente conocidos como “líneas rojas” que indican que un niño debe ser evaluado. Para un padre, estas son las “líneas rojas” que deberán ser evaluadas en su hijo para asegurarse que está desarrollándose correctamente. Si tu bebé muestra cualquiera de estas señales, por favor pídele a su pediatra o a un médico familiar que lo evalúe inmediatamente:
- A los 6 meses o a partir de entonces no tiene grandes sonrisas u otras expresiones cálidas y de alegría
- A los 9 meses o a partir de entonces no reacciona ni comparte repetidamente sonidos, sonrisas y otras expresiones faciales
- A los 12 meses no balbucea
- A los 12 meses no hace gestos tales como señalar, mostrar, alargar la mano o saludar
- A los 16 meses no dice palabras
- A los 24 meses no formula frases de dos palabras con significado (sin imitar o repetir)
A cualquier edad se presenta pérdida del habla, balbuceo o de habilidades sociales
Fuente: Autism Speaks
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