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Cuando me diagnosticaron con el Síndrome de Asperger, una de las condiciones asociadas con el Espectro de Autismo, yo no sabía con qué se comía eso. Pero gracias al conocimiento que adquirí sobre mi condición, a través de la búsqueda por internet, familia, especialistas y otros, he logrado entender y vivir con armonía conmigo mismo, con mi condición y con lo que se espera de mí.
Actualmente tengo un Bachillerato y Maestría en Administración de Empresas con concentración en contabilidad y Sistemas de Información respectivamente. Trabajo como Técnico de Sistemas en SER de Puerto Rico.

José G. Baralt
Entre mis pasatiempos favoritos esta el jugar ajedrez, ya que desde pequeño me he interesado en esa actividad. El ajedrez fomenta la habilidad de establecer estrategias, análisis lógico, solucionar problemas, entre otros. En una condición como el Asperger, el ajedrez puede servir de transición entre una experiencia solitaria hasta llegar a una colectiva, como es participar de los clubes de ajedrez. Ese fue mi proceso. Soy miembro del club de ajedrez de Guaynabo y he participado en diversos torneos donde he podido conocer y compartir con muchas personas con mis mismos intereses. También me gusta salir con mis amistades al cine, a bailar y a la playa, entre otras actividades sociales y colectivas.

En ocasiones puedo reaccionar con alguna conducta que se considera agresiva y me han dado rabietas como a cualquier niño o adulto que se comporta como niño. Eso no es exclusivo de personas con condiciones dentro del Espectro de Autismo. Hay muchos típicos que actúan de la misa forma. Sobre todo en la generación actual de jóvenes. Aunque puedo recordar ocasiones donde mi conducta me ocasionó varios problemas, ninguno fue grave o que tuviese que lamentar luego. La realidad es que la mayoría de las veces estoy calmado y muy pasivo.

¿Qué nos puede alterar? La falta de respeto, porque confunden nuestra expresión; que me excluyan de los grupos o de las actividades sin razón; la burla, la discriminación o el trato diferente. En fin, lo mismo que le desagrada a cualquier persona. Lo que es diferente es la forma de expresarlo.

Lo más difícil es socializar con personas desconocidas e interactuar en grupos. Puedo describirme como una persona más bien tímido al inicio, pero que al ganar confianza disminuye totalmente. Se me hace más fácil hablar directamente con una persona que con muchas a la vez. Esto se debe a que la mayoría de las veces, se envuelven hablando dos o tres entre sí y yo me quedo excluido porque no me atrevo a interrumpir. Dependo de que me incluyan, de que me hablen, me pregunten y me den participación, porque se me hace difícil entender las señales del lenguaje no verbal.

No obstante, es importante recalcar que desde mi propia perspectiva siempre me he sentido típico. Asistí a escuelas regulares. Cuando era pequeño, los niños se burlaban de mí porque me veían diferente, pero yo me sentía normal y no me importaba mucho lo que pensaban de mí. Aprendí a participar de las actividades con el resto de los niños y mis padres organizaron fiestas en mi casa donde mis compañeros asistieron. Hay personas que pueden pensar que yo sufría mucho, pero al contrario, aprendí a resolver mis problemas y a superarme por mi mismo. Eso me ayudó en la Universidad y actualmente en el trabajo y en mi vida social actual.

Mi madurez me ha permitido controlar mejor las conductas agresivas. Puedo comunicar mi disgusto sin demostrarlo con gestos. Puedo expresar que NO quiero hacer algo sin sentirme mal por no hacerlo. He aprendido a tener control sobre mí mismo y alejarme a tiempo de los problemas sin sentirme inadecuado. Ahora se diferenciar cuando otros están mal y no vale la pena interactuar “agresivamente” con ellos. He adquirido confianza en mí mismo, con una autoestima fuerte, logrando que nadie pueda hacerme sentir mal y afectarme. Ahora estoy preparado para enfrentarme exitosamente a las próximas experiencias que la vida me presente.

Fuente: SER Puerto Rico. Visto en Aspau (facebook)

2 comentarios:

Anónimo

Leerte me ayuda mucho en este momento, soy madre de un único hijo que ahora es un bebe de 20 meses, no le han diagnosticado nada pero siento que el es distinto de otros nenes de su edad, tal vez no sea tal, pero tal vez pueda ser una persona como tú y ver que tienes una vida "normal" me calma.

Anónimo

hola me alivia algo leer lo tuyo , le diagnosticaron este sindrome a mi hijo de 6 años, ahora el 14 de este mes y no se para donde correr, que hacer...en realidad desespero, tengo mucho miedo. saludos Isabel de Uruguay

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