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Psiquiatras y neurólogos aplican la composición sinfónica para tratar demencia, autismo o anorexia. Los especialistas aseguran que el sonido musical llega a áreas del cerebro inalcanzables al lenguaje. La música se ha convertido en un instrumento curativo para un creciente número de enfermedades o trastornos cerebrales graves que son poco accesibles a terapias más convencionales. Las sonatas de Mozart –un reconocido equilibrante neurofisiológico– forman parte del tratamiento de niños con parálisis cerebral o autismo; las canciones tradicionales se emplean para estimular la memoria en enfermos de Alzheimer y el canto gregoriano ya suena con normalidad en las consultas de psiquiatras, neonatólogos, cardiólogos o educadores carcelarios.

El recurso de la música como elemento terapéutico no entra en los estudios de ninguna carrera universitaria en España, aunque sí se desarrolla en cursos de posgrado. No obstante, la influencia del resto de Europa y EEUU, donde sí se imparte, y la experiencia de una multitud de centros que aplican la composición sinfónica para tratar trastornos neurológicos, alteraciones del desarrollo o incluso anorexia e hiperactividad, han consolidado la capacidad curativa de la música en Cataluña.

“El sonido musical llega a rincones del cerebro que no alcanza el lenguaje, toca emociones inabordables de otra forma –afirma el doctor Antoni Bulbena, psiquiatra del Hospital del Mar y concertista de guitarra clásica–. Un estudio publicado por la revista Nature demostró que la sonata 448 de Mozart modifica la respuesta de un enfermo en coma y puede normalizar una crisis epiléptica. Lo llaman el efecto Mozart".

Canciones personales
La psicóloga Melissa Mercadal estudió musicoterapia en EEUU y ahora la aplica a personas con demencia o trastornos de la alimentación en el Hospital de Vilanova i la Geltrú y en centros terapéuticos de Barcelona. En sus sesiones no utiliza música compuesta para la terapia, sino las canciones que han sido un punto de referencia importante en la vida del enfermo.

“Lo aprendido en la primera época de la vida es lo último que se olvida y eso incluye a la música –explica Mercadal–. Las canciones fundamentales para una persona siempre le tocan emociones muy fuertes, que se guardan almacenadas en el cerebro. Recuperándolas, es posible desbloquear las emociones que subyacen a las enfermedades".

Con los afectados por demencias, Mercadal se propone que no olviden su vocabulario íntimo. Canciones como Allá en el Rancho Grande, Mi bella Lola o Les nenes maques son el recurso con el que les refresca el nombre de las prendas de vestir o el de los oficios: “Sabemos, por estudios científicos, que la música tiene efectos fisiológicos y cognitivos. Yo trato de comprobarlo con los enfermos. Todo mi trabajo forma parte de investigaciones aplicadas".

En los centros Tomatis de Barcelona, creados por el médico francés Alfred Tomatis hace 40 años, la música es el vehículo con el que se busca recuperar retrasos sensoriales y neurofisiológicos en los niños. También aquí, la extensa y vitalista composición de Mozart es la que, aseguran, da mejores resultados. “La música de Mozart es capaz de restablecer en el ser humano la armonía perdida –explican–. Es una composición que se acompasa con los ritmos fisiológicos y neurovegetativos de un niño".

Contacto de autistas
El doctor José Antonio Muñoz, neuropediatra del Hospital del Mar, admite la validez de la musica como estímulo y ayuda, pero niega que tenga capacidad curativa. Sí la considera muy eficaz para niños con síndrome de Down, y, muy especialmente, al tratar a autistas inteligentes, afectados por el síndrome de Savant. “Esos niños (un 10% de los autistas) tienen alterado el hemisferio cerebral izquierdo, y la música les permite desarrollar el derecho, que se ocupa de la creatividad y la intuición", dice.

Escuchando un concierto, y sin haber estudiado nada de música, un autista inteligente de 5 años puede reproducir la composición sin saltarse una nota. “La música les organiza el área cerebral que les permite relacionarse socialmente –añade–. Esos niños te pueden decir, casi sin pensar, cuántos segundos tiene la vida de un hombre de 85 años, o en que día de la semana caerá el 4 de marzo del 2070. La música y la pintura son su contacto con el exterior".

http://mara.blog.zm.nu/2007/03/02/mozart-como-estimulo-y-ayuda/

1 comentarios:

Maria Elena

Es muy importante recordar que la música en si misma no tiene un valor terapéutico, no existe una música para una patología determinada. Sin embargo los tratamientos de musicoterapia, los cuales son llevados a cabo por un profesional calificado (en argentina es una formación de grado) suelen ser muy efectivos en muchas patologías. En el caso del autismo permiten trabajar las habilidades sociales y comunicacionales a través de una lenguaje no verbal, lo cuál resulta muy efectivo para estos niños.

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